Jorge «Chamo» Serna, un formador y captador de talentos al servicio de las Selecciones Colombia

Jorge Eduardo Serna Nieto, más conocido en el mundo del fútbol como el «Chamo» es el director técnico de la Selección Colombia Masculina Sub-15, y se ha establecido como uno de los mejores formadores y captadores de talento de nuestro país.

En una charla exclusiva con la FCF nos cuenta un poco de su proceso como seleccionador, cómo se trabaja en categorías con jovenes de apenas 14 o 15 años y cómo el fútbol le ha permitido que varios jugadores que él formó, hoy en día estén consolidados en el fútbol profesional.

Pregunta: ¿Cómo es trabajar con jóvenes de 15 años?

Respuesta: La importancia en estas categorías es de primero tener constancia y vocación para ayudar a todos esos chicos a encontrar dentro de ese desarrollo, el camino para poder cumplir todos sus sueños y sus ilusiones. Yo creo que en estas edades todos los chicos en Colombia sueñan con estar en un proyecto deportivo con orientación en el alto rendimiento.

Lo más importante es ser sensato, ser honesto y entender que uno como formador debe tener el tacto para ayudarlos a que se adapten a lo que es el fútbol a nivel de selecciones. Para mi lo más gratificante es verlos crecer.

Desde este lado estamos muy atentos para hacer seguimiento a los jugadores a los que les vemos capacidad, porque a esta edad hay muchos factores que alejan a los jugadores de su sueño, muchos tienen entornos difíciles o los engrandecen desde pequeñas edades, y ahí es donde la experiencia me indica que debemos ayudarlos para guiarlos y encaminarlos.

P / ¿Qué tan importante es un ciclo de trabajo de una Selección Colombia para un niño de esa edad?

R /  Los ciclos de Selección tienen una duración aproximada de 8 y 12 días y yo creo que lo más importante en estos espacios es la huella que se le deja a estos muchachos, pero no solo en la parte deportiva. Acá inculcamos hábitos nuevos que les servirán a ellos para toda su carrera como futbolistas. Desde la parte psicológica trabajamos mucho con distintas charlas, llevándolos a entender que están entrando a un estilo de vida diferente.

Acá generamos compromisos con los jugadores y así los enseñamos a autorregularse desde tempranas edades, este es un ciclo de mucha educación, de mucha formación. Insistimos mucho en la alimentación, en la disciplina con los horarios. Creemos que cuando vienen y están 8 o 10 días con nosotros, regresan distintos a sus casas, siendo mejores personas y con una huella importante para sus proyectos de vida.

P / ¿Qué se busca en un joven de 14-15 años y cómo detecta usted un talento a tan temprana edad?

R / He tenido la oportunidad de estar en distintos proyectos deportivos, iniciando en Santa Fe en 1989 cuando lideré el proceso formativo. En 1997 voy a las Selecciones Bogotá, ahí conduzco a grandes jugadores de hoy en día como Abel Aguilar, Falcao García, Stalin Motta, entre otros. Después llego a la Academia de Fútbol de Compensar, donde también identificamos varios talentos que en el presente están regados en el fútbol de elite del mundo como Johan Mojica, Éder Balanta, Daniel Bocanegra y Larry Vásquez. Para mi ver todos esos jugadores en el fútbol profesional es gratificante y es un buen indicador del acompañamiento que tuvimos.

Uno como formador y seleccionador muchas veces se fija en las características naturales de los chicos para comenzar a acercarlos a distintos procesos. Lo más importante es como ellos van recibiendo la formación, cómo se van a adaptando y cómo van dando respuesta a las nuevas informaciones.

En esta etapa es importante el acompañamiento, el desarrollo del trabajo, la organización de la estructura donde ellos se desarrollan, es clave que esté articulada con una comunicación constante con la Federación, y esa es la mejor manera de hacer un trabajo de corresponsabilidad.

P / Muchos jugadores consolidados hoy en día los tuvo usted de pequeños, siempre vemos que todos los recuerdan con gran cariño, ¿Por qué cree usted que se gana ese rol de padre en el fútbol?

R / Anteriormente mencioné a varios jugadores que tuve la oportunidad de dirigir y siempre que me los encuentro me dan un fuerte abrazo. Hay algunos que nos mencionan y nos dan su venía con ese reconocimiento como sus formadores, otros que lo guardan pero internamente saben que uno les hizo cambiar de comportamiento.

Nosotros somos el padre del adolescente, porque somos los que les decimos las verdades que a veces para un joven rebelde son difíciles de aceptar. El joven no sabe escuchar, pero es con el tiempo que valoran las grandes enseñanzas que les dejan sus maestros, sus padres y sus entrenadores. Nuestra función, entre muchas otras cosas, es encontrarle la hoja de ruta a todos esos jóvenes que sueñan con ser futbolistas profesionales y tienen el talento para lograrlo.

noviembre 29, 2022